lunes, 25 de febrero de 2013

Realidad Aumentada y...¿Educación?

El programa invita a pasar un sábado en Peñaranda de Bracamonte, rodeada de amigos y probando cómo funciona la geolocalización con la aplicación de aulablog.
El tiempo no acompañó, pero comer un buen tostón en "Las Cabañas" con los Bracamonte borra todos los males.
#citaAR

Charo nos pregunta: ¿Qué ves?...¿Qué piensas?...¿Qué te preguntas?

Veo...
Códigos QR que codifican textos que queremos esconder. Códigos QR que permiten añadir y enriquecer con información multimedia a través de la red, cualquier cartel, folleto o anuncio en papel. Códigos que facilitan el acceso a una red wifi o el envío de correos electrónicos a una determinada dirección, lo cual facilita a su vez la publicación en un blog. Códigos que mejoran la accesibilidad con mensajes de voz.
Veo POIs y capas de realidad aumentada para acceder a esa información multimedia en la misma localización.

Pienso...
Que tanto para leer un código QR, como para navegar dentro de una capa de realidad aumentada, necesitamos dispositivos móviles cargados con las respectivas aplicaciones. (Obvio)
Pero mientras que el uso de móviles dentro del centro educativo esté prohibido, todo esto no tiene ningún sentido, así que, el primer paso, sería incorporar estos dispositivos en nuestro centro y para ello, habría que contar con la aprobación del claustro y del consejo escolar, modificar el reglamento de régimen interior y establecer unas normas del buen uso y protocolos que aseguren su correcta utilización, sin hablar de una considerable mejora en la conexión a internet que ofrezcamos.
Vencer las barreras del desconocimiento, los miedos y la falta de información que todo esto supone es un gran reto dentro de un centro escolar.

¿Por qué?
Porque en el fondo los docentes que están a favor de estas medidas son islotes dentro de una gran inmensidad, así que nuestra tarea principal se convierte en una lucha interna por colonizar, malgastando la energía que debería centrarse en mejorar la forma de llegar al alumno, de enseñar y de aprender junto a él....

Bueno, yo ya formo parte de la colonia...y tú? Te atreves?


viernes, 15 de febrero de 2013

En voz alta

Hoy quizá no es el mejor día para empezar una bitácora con reflexiones personales, pero a veces surge la necesidad de escribir en voz alta.

Me gustan las TIC, eso es cierto, y reconozco que mi visión a veces no es objetiva, aunque siempre intento ponerme en el otro lado. ¿Cómo lo llaman?...mmm... Empatía.
Pues sí, suelo tener empatía con las personas que me rodean, pero parece que esta inteligencia emocional es escasa en muchas de ellas, que solo son capaces de entender su punto de vista y no se paran a razonar acerca de ellos mismo, evaluar sus sentimientos y razonar acerca de otras personas justificando solo sus propios deseos. Pero, quizá, ese es otro tema...
Respeto las opiniones de los demás, y los métodos de enseñanza que utilizan mis compañeros, pero no puedo por menos que poner la voz en grito cuando me encuentro con ciertas cosas...

En un lugar de Castilla, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo impartía un hidalgo de los de powerpoint en astillero, pantalla antigua, libro flaco y auto corredor.
Sabedor de idiomas, expone su powerpoint como prueba irrefutable de la buena utilización de las TIC en su aula, y llega a tanto su desatino en esto, que no puedo por menos de preguntarle:

-¿Y compartes este material con tus alumnos?

A lo que el sorprendido hidalgo contesta un no rotundo, pues estaba muy puesto en razón, que otorgando el powerpoint, los alumnos en su clase, poco caso le hicieran, pues la práctica común no es otra que la exposición con el único afán que sean los obedientes alumnos los que copien en sus cuadernos lo mismo que se halla escrito en el powerpoint sin que otros pensamientos estorben.

Pues sí, tiene razón...pero digo yo...no será mejor entregarles el powerpoint y dedicar el tiempo de clase a que aprendan algo?